Resulta complicado pensar en alguna banda actual que pueda mantener con vida la llama de southern rock, más en estos tiempos tan globalizados, donde todo llega a todos de manera casi instantánea, donde un buen grupo cae en el olvido para pasar a otro seguramente peor. Pues bien, cinco tipos de Texas llamados Whiskey Myers tienen todas las papeletas para convertirse no sólo en esa formación que lidere el rock sureño del siglo XXI, es que además están llamados a ser una de las próximas grandes bandas, teniendo en cuenta ese hándicap que castiga al rock en los años que estamos viviendo.
Los Whiskey Myers son una banda de Tyler, localidad texana famosa por sus plantaciones de rosas. Cinco chavales liderados por el vocalista y principal compositor Cody Cannon, con los guitarristas Cody Tate y John Jeffers, el bajista Gary Brown y el baterista Jeff Hogg, amigos y familia que parecen dispuestos a recoger el testigo que aquellas grandes bandas del rock sureño de los 70 dejaron sin dueño cuando el devenir musical de los 80 las llevó por otros derroteros dejando ese grandioso género en una especie de letargo country rock del que hasta la fecha sólo ha despertado en contadas ocasiones.
Ya desde su debut, "Road Of Life", en 2008, los de Tyler encaminaron sus esfuerzos a construir su música en base a los fundamentos del southern rock, casi un modo de vida basado en la pureza de la guitarra, elaborando las composiciones generalmente a través de un riff y no de la letra. Su segundo trabajo, "Firewater", publicado en 2011, fue la confirmación de que estábamos ante algo grande. Un discazo en el que no había un tema débil, en el que ni producción, ni composición, ni interpretación fallaron, un álbum en el que el country y el rock sureño se alternaban sin discusión y que dejó el fabuloso "Ballad Of A Southern Man" para la posteridad.
Whiskey Myers han colocado en febrero de este mismo año su tercer artefacto, "Early Morning Shakes". "Road Of Life" les colocaba en el mapa, "Firewater" corroboraba su talento, y este úlimo "Early Morning Shakes" les sitúa definitivamente entre la élite del southern rock y les postula como líderes de su resurgimiento. Un álbum que ha producido Dave Cobb, el mismo que produjo el "Southeastern" de Jason Isbell, y que ha conseguido en "Early Morning Shakes" un fabuloso resultado merced a su originalidad, elegancia, buen gusto y sobre todo a ese sonido propulsado por las guitarras. Cobb se convierte en el tipo ideal para aprovechar el poder y la confianza de Whiskey Myers gracias a su experiencia para fusionar country y rock.
"Early Morning Shakes" es un trabajo pasional y enérgico que, de momento, representa la culminación de lo que comenzaba hace seis años, refinando el sonido de Whiskey Myers de una manera sólo reservada para los más grandes. Ese sonido llega a su punto culminante en "Early Morning Shakes", impregnado de la rica tradición del southern rock y salpicado por el country, el folk, el rhythm and blues e incluso el rock psicodélico, y dominado, como no podía ser menos de quienes han de convertirse en estandartes del género, por esos riffs absolutamente reconocibles.
La voz de Cody Cannon es sin duda una de las protagonistas principales de "Early Morning Shakes", y es que es una de esas voces auténticas del rock sureño. Profunda, socarrona y llena de matices, una voz nacida para el género que parece hacer su papel sin dificultades y que expresa a la perfección las emociones y sentimientos que debe transmitir cada corte del álbum. Las guitarras de todo tipo de Cody Tate y John Jeffer se convierten en el eje en torno al cual gira todo el disco. Una pareja de guitarristas de nivelazo para recrear toda la fiereza y dinamismo que necesita el más puro rock del sur. Eléctricas, steel guitar y slide guitar perfectamente secundadas por el bajo de Gary Brown y la batería de Jeff Hogg.
"Early Morning Shakes" abre el álbum contando historias de malas decisiones y resacas desde la perspectiva de la banda en la carretera. Rock sureño y pantanoso de base bluesy con estribillos y guitarras preparando para lo que viene a continuación. Y lo que viene es "Hard Row to Hoe", un corte de aroma Led Zeppelin, por supuesto en modo southern, evocando sin duda ese rock fuera de la ley de los Van Zant. Luego llega "Dogwood", sin duda uno de los mejores temas de "Early Morning Shakes" gracias a la fabulosa slide guitar, a la steel guitar, a su buena composición y a su aroma country que protagonizan algo parecido a una canción de amor.
"Shelter from the Rain" es otro corte teñido de country con su buena dosis de profundidad en el que de nuevo la steel guitar se lamenta mientras melodías y cadencias dotan de significado a la composición antes de que "Home" retome en toda su potencia el sonido southern rock con fantástico estribillo y sensacional duelo de guitarras en un tema en el que la interpretación vocal de Cody Cannon es absolutamente conmovedora, casi como en el arrogante trallazo que es "Headstone" o en "Where the Sun Don't Shine", acento sureño esta vez desde una base de rock de estadio.
"Reckoning" pisa un poco el freno y explora las consecuencias de vivir rápido. Sonidos y letras que recuerdan al debut de los Whiskey Myers antes de la llegada de "Wild Baby Shake Me", un baladón en la más pura tradición del rock sureño, con épico solo incluido y un descomunal trabajo de guitarras de Cody Tate y John Jeffer. Después "Lightning", un tema que se muestra oscuro e inestable y ofrece la más genuina y desgarradora voz del sur merced a un excepcional Cody Cannon.
"Need a Little Time off for Bad Behavior" es un cover del tema de David Allan Coe, más potente y enérgico que el original y que lleva sin remisión a "Colloquy", una composición que muestra una excepcional belleza acústica y ofrece un sorprendente sonido de sintetizador ochentero y un aún más sorprendente duelo de guitarras. Magnífico tema para cerrar el álbum, diferente, si, pero excelente.
"Early Morning Shakes" es sin duda el mejor southern rock que se ha compuesto en mucho tiempo. Si, riffs y voces reconocibles que suenan a todo aquello que los grandes del southern rock dejaron como legado, pero el nivel de composición e interpretación da el aviso de que Whiskey Myers no son una banda de revival, son algo grande, unos tipos con personalidad propia capaces de enarbolar esa bandera pese a quien pese en los tiempos que corren.
No olvidéis pasar por LA BANDA QUE NUNCA EXISTIÓ para dejar vuestra lista de esa posible mejor banda de la historia del rock, en formato comentario o mediante MD a @BlueMonday1971.
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