En 1980 el vocalista y guitarrista Dan Baird unía su destino al del también guitarrista y vocalista Rick Richards, formando Keith And The Satellites en Atlanta. Los cambios de alineación y los shows en los tugurios de su ciudad se sucedían hasta que decidieron llamarse Georgia Satellites y dieron con Jeff Glixman, un tipo que había trabajado con grandes de la talla de Paul Stanley, Kansas, Gary Moore, Yngwie Malmsteen o Black Sabbath. Glixman les produce una demo de seis temas que no ve la luz al separarse la banda en el verano de 1984.
Kevin Jennings, manager de la banda, lleva aquella demo a Making Waves, una pequeña discográfica inglesa que la publica en 1985 como un EP llamado "Keep The Faith". La reacción en prensa y público fue relativamente buena, así que los Georgia Satellites decidían reagruparse, con Dan Baird y Rick Richards acompañados por el baterista Mauro Magellan y el bajista Rick Price. Un año después la banda firmaba por Elektra Records y grababan y publicaban "Georgia Satellites", su álbum debut.
Jeff Glixman produce un álbum en el que las rasposas voces sureñas y los riffs que parecen salidos de la guitarra de Malcolm Young se juntan para propulsar el rock duro del sur, el rockabilly y el rock and roll de la vieja escuela. Y lo hace de una manera fácil, sin dificultades aparentes, porque los Georgia Satellites son una de esas pocas bandas capaces de crear con tres acordes y un riff escuchado miles de veces un tema fresco y lleno de emoción, algo que se hace habitual en "Georgia Satellites", su primer álbum de estudio.
Un álbum sólido y abrasador en el que cada tema deja huella, rock directo y contundente sin mensajes ocultos, rock and roll de alto octanaje en un momento, la mitad de la década de los 80, en las que no era precisamente lo que escuchaban las masas. Desde luego las letras no son demasiado profundas, aunque si ingeniosas, y tampoco hay demasiada variedad, pero esto es rock del auténtico, el tipo de rock que no necesita ni artificios ni aderezos para transmitir.
La arrolladora energía de una banda de tugurio metida en los 10 temas del álbum, 10 temas que recuperan el rock en su formato más básico, olvidándose de la originalidad para centrarse en la potencia, la crudeza y la capacidad de llegar al que los escucha, algo que obviamente consiguen. La bravuconería y la fanfarronería sureña se apoderan de "Georgia Satellites" en un certero ejercicio de auténtico rock de guitarras sureñas lleno de poderío y adicción.
Dan Baird está como casi siempre a lo largo de su carrera. Excelente compositivamente, lleno de pasión y personalidad en las voces y complemento ideal a la guitarra para un Rick Richards que realiza un sobresaliente trabajo de guitarra a lo largo de todo el álbum. El mismo tipo que años más tarde ingresaría en los Ju Ju Hounds de Izzy Stradlin deleita en alguno de los cortes con su maravillosa slide guitar y en todos ellos con riffs directos y contundentes de ascendencia sureña. Las cañeras líneas de bajo de Rick Price y la demoledora batería de Mauro Magellan soportan sin delicadeza los caminos que surcan voz y guitarras.
"Georgia Satellites" abre con "Keep Your Hands to Yourself", la historia de una chica puritana que pretendía llegar a su boda con su virginidad intacta. Un tema originalmente grabado para "Keep The Faith", el EP que los Georgia Satellites publicaban en 1985. Rock de tres acordes propulsado por la guitarra de Rick Richards y por la cansina voz de Dan Baird que llegaría al número 2 de las listas tan sólo superado por el "Livin' On A Prayer" de Bon Jovi.
Después "Railroad Steel", rock and roll macarra y potente de ardientes guitarras sureñas y demoledora batería con un Dan Baird en las voces disfrutando a tope antes de que llegue "Battleship Chains", un potente temazo de aroma AC/DC con un estribillo impagable que debería haber recibido mayor difusión. "Red Light" ofrece ese rock pantanoso que inmortalizasen los Creedence Clearwater Revival de John Fogerty mezclado con ese característico rock and roll de ritmo rápido de los Georgia Satellites.
"The Myth of Love" y sus dilemas conducen a "Can't Stand the Pain", un nuevo ataque de guitarras y batería con algunas similitudes a Tom Petty en las voces y en el ritmo para que "Golden Light" relaje el ambiente en un tema que el bajista Rick Price grabó presumiblemente antes de unirse a los Georgia Satellites. "Over and Over" vuelve a colocar las cosas en su sitio subiendo de manera notoria el ritmo y "Nights of Mystery" es un medio tiempo de rock melódico que conduce a "Every Picture Tells a Story", un cover memorable del temazo de Rod Stewart y Ron Wood, con la guitarra y la batería haciendo que esta versión se convirtiese casi en un original de los de Baird.
Definitivamente "Georgia Satellites" es rock atemporal de una banda absolutamente infravalorada, una banda que osó recuperar el rock de la vieja escuela y la guitarras sureñas aún siendo conscientes de que aquello era una invitación al rechazo. En cualquier caso "Georgia Satellites" es un magnífico álbum de debut de una banda que sólo trató de hacer aquello que más les divertía, rock, por supuesto. Hoy banda de culto y con tipos como Dan Baird haciendo que amemos cada día más a eso que llamamos rock.
No olvidéis pasar por LA BANDA QUE NUNCA EXISTIÓ para dejar vuestra lista de esa posible mejor banda de la historia del rock, en formato comentario o mediante MD a @BlueMonday1971.
Una de esas tantas bandas que los años ochenta engulleron y no dejaron títere con cabeza. Eternamente grandes
ResponderEliminarUna verdadera pena que no se mantuvieran, aunque como dice Addi más abajo, mientras Dan Baird exista....
EliminarAbrazos.
Mientras exista Dan Baird el rock and roll esta a salvo, discarraco, bandarraca y musicazo Dan...y cronicaza también.
ResponderEliminarSaludos.
Joder Addi, esa frase es para enmarcarla tío. Cuanta razón.
EliminarAbrazos.
Tremendo disco, grandiosa reseña Javier. Bueno, estás hablando de uno de los que dejaron profunda huella en otros tiempos y que sigo adorando. Es increible que esta banda fuera y sea de culto. Es increible que tipos como Dan Baird que en directo son apisonadoras no llenen salas. Abrazo.
ResponderEliminarGracias Johnny, pero ya sabes que la mayoría de las veces los más grandes no llegan a las masas aborregadas que se quedan siempre con lo fácil. Y Dan Baird se merece un monumento por todo lo que nos ha hecho disfrutar y lo que le queda. Y este disco, joder, es memorable.
EliminarAbrazos fuertes.