Tras el "Last Man Standing" de 2006 y el "Mean Old Man" de 2010 el incombustible Jerry Lee Lewis ha vuelto a rodearse de un fabuloso elenco de músicos consagrados para la grabación de "Rock & Roll Time", su nuevo artefacto recientemente publicado. Esta vez el asunto no encaja en el modo duetos, lo que había sido una constante en sus últimos álbumes. Ahora los invitados de Lewis participan directamente en los temas elegidos con voz, guitarras y coros, con el jefe poniendo voz y piano a clásicos del blues, del rock and roll y a alguna que otra sorpresa.
Verdaderamente un tipo como Jerry Lee Lewis, uno de los pocos mitos vivientes del rock and roll, no tiene la necesidad de sacar discos para cimentar una carrera, algo sólido que ha adquirido muchos años atrás, así que supuestamente si Lewis lanza un álbum como "Rock And Roll Time" es por pura diversión y por un profundo amor a su trabajo y a la música. Esta vez el Killer recurre a aquellos monstruos sagrados que compusieron el gran cancionero popular norteamericano, en una rendición absolutamente brillante.
El casi perfecto Jim Keltner se hace con los mandos de la producción junto a Seteve Bing en "Rock And Roll Time", brillantísima por cierto, pero es que además ha sido el encargado de encontrar los socios adecuados que acompañasen a Jerry Lee Lewis en cada corte del álbum. Y es que ambos saben cuales son los puntos clave en la voz de un músico que ya casi calza 80 años, y han decidido sabiamente donde colocarlos y como potenciarlos con el magistral piano del mito. Keltner además es el baterista que marca el ritmo en "Rock And Roll Time", y su trabajo se antoja decisivo para su sonido final, en un fantástico ejercicio de ritmo y melodía, lleno de habilidad para tocar cualquier género, acompañado esta vez en el combo rítmico por el sólido bajista Rick Rosas.
"Rock And Roll Time" es una escalofriante colección de todas las obsesiones de Jerry Lee Lewis, Rock and roll, blues, country, boogie woogie y gospel en la que la voz del jefe aún se mantiene autoritaria, dura y algo fanfarrona a pesar de su edad, algo que tampoco repercute en un estilo pianístico distintivo y alegre que se mantiene intacto con el paso de los años. Lewis aúna generos y estilos, pero es en el country, su mayor pasión, donde realiza un papel estelar en "Rock And Roll Time", devolviendonos a esa época en los 60 en la que el Killer se convirtió en uno de sus mayores representantes.
"Rock & Roll Time", el tema de Kris Kristofferson, sirve para abrir el álbum de mismo título, y lo hace con un Lewis inspiradísimo y reflexivo en los profundos lamentos que suscita el corte, con una apoteósica intro de piano. Después "Little Queenie" repasa el clásico de Chuck Berry con ayuda de Ron Wood y Keith Richards, algo natural y casi innato para el segundo, y "Stepchild" de Bob Dylan es seguramente la mayor sorpresa del álbum. Un corte al que Lewis es capaz de sacarle melodía de un modo lleno de imaginación, en una genial interactuación con Daniel Lanois, músico y productor de entre otros propio Dylan, y Doyle Bramhall II, el fabuloso blues rocker.
"Sick And Tired" es un tremendo rugido del clásico de Fat Domino y "Bright Lights, Big City" es otro de los grandes momentos del álbum, esta vez con Neil Young y con Ivan Neville, genios que junto a Lewis consiguen que la pista suene como en la época en la que la escribió Jimmy Reed. Después "Folsom Prison Blues" es una brillante actualización del clásico de Johnny Cash, tremendamente conmovedora, esta vez con el inestimable apoyo de Nils Lofgren y Robbie Robertson.
"Keep Me In Mind" es una súplica de tugurio de Mack Vickery, antiguo colaborador de Lewis, y recuerda las mejores baladas country que el Killer se marcó a finales de los 60, de nuevo con un estupendo Robbie Robertson al aparato. Luego "Mississippi Kid" es una soberbia versión del tema de los Lynyrd Skynyrd en la que el corazón torurado de Jerry Lee Lewis consigue sacarlo adelante de un modo verdaderamente asombroso, casi como en el "Blues Like Midnight" de Jimmie Rodgers. "Here Comes That Rainbow Again" es otro tema de Kris Kristofferson al que Shelby Lynne llena de sabor y contrarresta la melancolía de Lewis y "Promised Land" es una preciosa versión del tema de Chuck Berry de nuevo con un fantástico Doyle Bramhall II que pone un soberbio punto final al álbum.
Parece increible que Jerry Lee Lewis no sólo mantenga su grandeza musical, si no que además se mantenga en pie, pero si a su talento innato se suma lo bien que sabe rodearse, el resultado final son artefactos como este "Rock And Roll Time", un álbum que por extraño que parezca debe estar entre los mejores del año. Aquel "Mean Old Man" de 2010 sonó a poderosa despedida, pero después de su nuevo disco uno no sabe ya como continuará la carrera del Killer. Mientras otros álbumes de este estilo de viejas glorias sólo muestran la decadencia, "Rock And Roll Time" ofrece todavía la grandeza y la energía de uno de los más grandes.
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