Sôber no lo ha tenido fácil nunca, algo por desgracia bastante habitual para las bandas que hacen rock y metal en este país, pero tras aquellos tortuosos inicios fueron capaces de fabricar un artefacto como aquel memorable "Morfología" de 1999 que les colocaba entre la élite del huérfano panorama del metal español. Corroborado su talento con "Synthesis" en 2001 y "Paradÿsso" en 2002 la banda anunciaba un paréntesis tras la publicación de "Reddo" en el año 2004 y repartirse entre Savia y Skizoo. Pasados 3 años del excelente "Superbia", la confirmación de que la vuelta de Sôber era algo demasiado serio como para no tenerlo en cuenta, la banda madrileña propone otro asalto sonoro con "Letargo", su nuevo álbum de estudio recientemente publicado.
En "Letargo" no hay concesiones, ni artificios, ni obsequios al que lo escuche atentamente. Más bien ocurre todo lo contrario, porque Sôber han facturado posiblemente su álbum menos accesible, más intrincado y más complejo en arreglos en sus ya dos décadas de existencia paréntesis incluido. Pero es sin embargo esa complejidad la que da un mayor mérito a un artefacto absolutamente redondo que muestra a unos músicos en plena forma, conscientes de haber alcanzado una madurez compositva e instrumental que les ha permitido moldear a su antojo, sin cargas de ningún tipo, la riqueza de su nuevo álbum.
La producción se reparte una vez más entre Alberto Seara y la propia banda. Limpia, pulida y con un sonido uniforme donde todo suena en el lugar en el que debe hacerlo. Una producción moderna y atinada sin nada que envidiar a otras de renombre internacional para sustentar un álbum de un peso lírico abrumador que une y da sentido en cierto modo a los doce temas que componen "Letargo", sin llegar a ser un álbum conceptual, pero creando un inseparable nexo de unión entre todos los cortes.
La base sobre la que se mueve "Letargo" no ha variado en exceso en comparación con el sensacional "Superbia" que Sôber publicaba en 2011, a pesar de esos matices y arreglos más complejos que la banda ha introducido ahora. Los riffs vuelven a ser descomunales. Pesados, precisos y llenos de fuerza transmitiendo sin fisuras el metal más abrumador de la banda con poco espacio para unas concesiones melódicas que cuando llegan ponen los pelos como escarpias. Antonio Bernardini y Jorge Escobedo son dos de los mejores constructores de riffs del panorama nacional, y esa virtud no es que siga presente en "Letargo", es que se acrecienta, ofreciendo un demoledor maratón de guitarras abrasadoras en las que se aúnan talento e imaginación a partes iguales.
Lo potencia y solvencia del combo rítmico queda patente en "Letargo". El bajo de Carlos Escobedo, uno de los mejores del panorama nacional, marca la pauta en gran cantidad de los temas del disco. Lleno de potencia y definición enseña el camino a la dinámica e imaginativa batería de Manu Reyes, convertido tras dos álbumes de estudio en las baquetas perfectas para una banda como Sôber en la que se ha acoplado sin apenas esfuerzo. Carlos además está inmenso en unas voces llenas de pasión y convicción que transmiten de un modo soberbio la complejidad de unas letras difíciles en ocasiones. Y no debemos olvidar la labor de Jose Villar con los teclados creando sutiles atmósferas que encajan a la perfección con el ambiente sonoro propuesto por Sôber en "Letargo".
Abre "Letargo" con el demoledor metal de "Afrodita", un tema cuyo riff pesado de inicio cede el paso a unas guitarras duales y melódicas que se intercalan a lo largo del tema con aquellos riffs, encargados también de acompañar a un solo absolutamente metálico y emocionante para un corte de voz sentida y combo rítmico lleno de potencia. Después los riffs pesados de un temazo como "Insecto" dando paso a un excelente juego de bajo monumental y batería. Todo ello con una letra que castiga sin remisión, un excelente estribillo y un muy buen solo arrastrado por los riffs que deja paso al poderosísimo final de un corte que va a entrar por derecho propio en el altar del catálogo de Sôber.
"Blancanieve" ofrece otra explosión de riffs y un abrumador trabajo de un combo rítmico en el que la línea de bajo de Carlos Escobedo se me antoja descomunal. El final del tema es antológico antes de un piano que recuerda al del "Epic" de Faith No More, allá por el año 1989. ¿Metal moderno?, ¿metal alternativo?. No, sólo es metal, lleno de fuerza y nivel. Llega "Encadenado" con un sensacional Carlos Escobedo balanceándo su voz entre los implacables riffs de su hermano Jorge y de Antonio Bernardini. Excelente y denso solo en espera de "Letargo", tema que abre con otra interesante línea de bajo de Carlos que rápidamente cede el protagonismo a las afiladas guitarras de Jorge y Bernardini buscando una pausa ficticia ya que la pesadez de sus riffs impide llegar a esa ansiada calma. Un tema interesantísimo tanto en lo lírico como en lo musical. La ruptura con las dos guitarras desafiándose es demoledora y da paso a la mejor voz de Carlos de todo el álbum.
"Mañana" ofrece un inicio un tanto desconcertante que deja paso tal vez a uno de los temas más melódicos de todo el álbum, en cierto modo evocador y ensoñador. Muy buen trabajo de Manu Reyes y extraño juego de sintetizador de Jose Villar. Aparace "Fugaz" abriendo una vez más con esos riffs abrasadores marca de la casa. Y me repito, pocos hay por aquí capaces de crear algo tan consistente como los salidos de las guitarras de Antonio Bernardini y Jorge Escobedo. El estribillo es contundente y adictivo y el final es aplastante.
"Tal Día Como Hoy" abre en la línea de todo el álbum. Riffs pesadísimos que ceden el paso a un sensacional Carlos en las voces acompasado por el resto de instrumentos en una calma forzada que se desata con furia cuando Jorge y Bernardini dan rienda suelta a esos riffs. Uno de los temas más completos en el que unas emotivas letras recuerdan a quien ya no está. Continúa "Letargo" con "Unax" y su épico inicio de piano antes de la brutal explosión de riffs. La ruptuta es descomunal con un solo definitivo que deja un excelente sabor de boca.
"Capricho" se protagoniza por unos teclados atractivos y atmosféricos de Jose Villar y un cierto aire melódico salpicado de cuando en cuando de esos riffs característicos y necesarios que acompañan una ruptura épica y operística, y es que estos tíos arriesgan y aciertan. Final emotivo y adictivo antes de "Morfina" y una batería secuencial que deja paso a unos tremendos riffs metálicos, acerados y contundentes. El estribillo, otra de las artes que mejor defiende la banda madrileña, es seguramente el mejor del disco, y no amarga, ni por dentro, ni por fuera, porque final y solo distorsionado son devastadores y conducen al acertado final de "Letargo" con un "Otoño" y su apertura de arpegios intercalados de apariencia emocionante, emoción a la que se suma la voz de Carlos antes de que la ruptura vuelva a los riffs más pesados.
El buen sabor de orejas que dejó "Superbia" había hecho depositar muchas esperanzas en el resultado final de "Letargo". Cierto es que nunca se sabe, pero el nuevo álbum de Sôber es muestra nítida del grado de madurez y confianza que ha alcanzado una banda que tal y como está el patio por estos lares debería ser etiquetada como metal heroico y no con las habituales. Siempre me han hecho gracia las etiquetas y las de rock alternativo o metal alternativo más aún, porque en este caso Sôber es metal con mayúsculas, metal imaginativo, metal poderoso, metal lleno de talento, metal de mucho nivel, y todo eso ha quedado plasmado a la perfección en "Letargo".
Sólo recordar que Sôber actuarán mañana Sábado 15 de Marzo en la sala La Riviera de Madrid dentro de la gira de soporte a "Letargo", una oportunidad perfecta para presenciar un directo demoledor.
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¡Que bonito suena! Genial.
ResponderEliminarMe ha parecido un álbum excelente Angel, vamos, en la línea de lo que siempre ha hecho Sôber.
EliminarAbrazos.
He sido muy poco de los Escobedo; aunque Skizoo siempre me ha encantado, las cosas como son. Escucharé este disco que, por que lo que veo, ha cosechado muy buenas críticas.
ResponderEliminarA mi también me enganchó Skizoo tío. En "Letargo" la verdad es que están los cuatro a un nivel superior, tanto instrumental como compositivamente. Disfrútalo.
EliminarAbrazos.