miércoles, 9 de octubre de 2013

DANCIN' ON THE EDGE - Lita Ford, 1984


Era 1975 y una chica de Londres, de padre británico y madre italiana, era la elegida para convertirse en la guitarrista de The Runaways, la banda de tías que Kim Fowley estaba tratando de montar. Era Lita Ford, y por aquel entonces contaba tan sólo con 16 años. Lita se había trasladado a Los Angeles cuando tenía 4 años y a los 11 había comenzado a tocar la guitarra tratando de emular a su ídolo, el excelso guitarrista Ritchie Blackmore. Un talento innato que en pocos años iba a convertir su distintiva manera de tocar la guitarra en parte integral del sonido de The Runaways, la banda de Cherrie Currie, Joan Jett, Jackie Fox y Sandy West.


En 1979 se desatarían los conflictos en el seno de las Runaways. Joan Jett quería dotar a la banda de un sonido más próximo al punk neoyorquino que bandas como los Ramones habían convertido en algo más accesible, pero Lita Ford y la baterista Sandy West intentaban mantener la tradicional línea hard rock que las Runaways habían seguido en su breve trayectoria. No habría acuerdo y ese mismo año la banda se disolvía, emprendiendo sus integrantes carreras por separado con resultados dispares.

Lita Ford trató de buscarse una carrera en solitario a cuyos inicios ayudó en gran medida su ganada reputación como guitarrista de The Runaways. La rubia firmaba con Mercury Records y en Mayo de 1983 lanzaba “Out For Blood”, su álbum de debut, junto al bajista Neil Merryweather, un tipo que había tocado para Steve Miller, y al baterista Dusty Watson, ex de los Stepmothers. “Out For Blood” no iba a funcionar excesivamente bien a nivel comercial, pero probaba sin duda que la Ford ya estaba preparada.


En 1984 Mercury Records lanzaba el segundo trabajo de Lita Ford, un álbum llamado “Dancin’ On The Edge”, trabajo que cosecharía cierto éxito y que significaría el despegue de la popularidad de Lita, su paso de gigante que probaba que ella estaba preparada para competir en las grandes ligas y convertirse en la reina del rock duro.

“Dancin’ On The Edge” es una de las joyas olvidadas del género. Un álbum feroz sin avasallar, divertido sin caer en el ridículo y absolutamente sexy sin llegar a resultar obsceno o sucio. Lita finamente se encontraba a si misma, descubriendo lo convincente que podía llegar a resultar su voz y dominando y controlando su guitarra de un modo bastante superior a su etapa anterior.

Si el “Out For Blood” mostraba las habilidades y el virtuosismo de Lita Ford como guitarra solista, “Dancin’ On The Edge” la consolidaba como un excelente guitarrista rítmica, algo fundamental en el sonido final del álbum. La consistencia en el tono de su guitarra resultó asombrosa, algo que raramente se encontró tras el debut de Van Halen. Lita profundizó en el uso de su instrumento y además su voz sonaba ahora mucho más agradable.

“Dancin’ On The Edge” resultaba un álbum mucho mejor producido que el anterior, en esta ocasión por un Lance Quinn que dotó al disco de una mezcla bien equilibrada en el que las guitarras de Lita prevalecieron por encima del resto de instrumentos. Mejor interpretación instrumental y mayores dosis de hard rock elevaron considerablemente el resultado del álbum, trabajo en el que el nivel de los músicos que la acompañaron aumentó considerablemente.


El bajista Hugh McDonald, músico utilizado casi como un miembro más de Bon Jovi, y el baterista Randy Castillo, quien recalaría más tarde en la banda de Ozzy Osbourne, se convierten en solvente combo rítmico capaz de trasladar sin esfuerzo los vericuetos compositivos e instrumentales de Lita Ford. Teclistas como Robbie Kondor, Geoff Leib y Aldo Nova contribuyeron a dotar a “Dancin’ On The Edge” de la necesaria atmósfera metal ochentera y ayudaron en determinadas labores compositivas a la jefa, autora de la música y de la letra de la inmensa mayoría de los cortes del álbum.

“Gotta Let Go” abre “Dancin’ On The Edge” como un auténtico pelotazo de metal ochentero de gran estribillo y excitante trabajo de guitarra. Un tema genial con un vídeo aún más genial en el que una Lita Ford caracterizada como Doris Day es atacada por un puñado de punkies adolescentes. Después “Dancin’ On The Edge” mantiene la intensidad mediante un magnífico riff de guitarra construido sobre un acelerado ritmo que sólo se perturba durante el poderoso estribillo. Una demostración más de que Lita Ford ya estaba preparada para unirse a los mejores.

“Dressed To Kill”, con su inicio tranquilo y acústico que rompe en un trallazo de hard rock con Lita dándolo todo, excelentes coros en el estribillo y solo de nivel que demostraba su magnífico talento. Luego “Hit ‘n’ Run” mantiene la línea aunque dulcifica en cierto modo la potencia de la vocalista. Un riff principal característico y un pegadizo estribillo conducen de nuevo. Lo mejor la ruptura y el solo final.

“Lady Killer” hace hincapié una vez más en un potente riff de conducción para un pedazo de hard rock con una agresiva Lita Ford en las voces y un estribillo absolutamente pegadizo. El solo del tema es ya un habitual. A continuación “Still Waitin” y su metal ochentero sintetizadores incluidos. De fácil escucha y fabulosa ruptura que lleva al que probablemente es el mejor solo del disco.


“Fire My Heart” transita por los mismos derroteros y estructuras que la inmensa mayoría de temas del “Dancin’ On The Edge”, ahora también con estribillo contagioso e inmensa labor vocal y solo de Lita Ford. Finalmente “Don’t Let Me Down Tonight” es una balada poderosa típica que muestra sin duda la progresión de Lita Ford como compositora y vocalista. Tiene un magnífico solo de guitarra y enlaza con “Run With The $”, un buen trallazo de hard rock en el que un riff con reminiscencias de los tempranos Aerosmith termina a lo grande un álbum excelente.


Después Lita Ford grabaría un álbum llamado “The Bride Wore Black” con Tony Iommi como productor. Aquel artefacto nunca vería la luz por las diferencias entre Lita y el presidente de Mercury Records, compañía que abandonaría para fichar por RCA Records, con quienes lanzaría en 1988 “Lita”, su mayor éxito comercial.


No olvidéis pasar por LA BANDA QUE NUNCA EXISTIÓ para dejar vuestra lista de esa posible mejor banda de la historia del rock, en formato comentario o mediante MD a @BlueMonday1971.

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