Si tenemos en cuenta que muchos de los mejores álbumes de la gloriosa década de los 70 fueron grabados en directo, y que probablemente el mejor de todos ellos lo grabó Thin Lizzy en 1978, se hace obligado de todo punto dedicar una entrada a "Live And Dangerous", absoluta obra maestra en su género.
Los 17 temas de "Live And Dangerous" empequeñecen sin duda sus respectivas versiones de estudio, y eso, de semejantes trallazos, ya es mucho decir. El trabajo del estudio otorgó a "Live And Dangerous" una calidad de sonido aceptable, pero afortunadamente conservó el poder y la energía de la banda en directo, donde los chicos de Phil Lynott eran unas auténticas locomotoras.