Appetite For Destruction - Guns N' Roses, 1987
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jueves, 27 de noviembre de 2014
TOP TEN (126): 10 PORTADAS DE ÁLBUM CENSURADAS
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sábado, 2 de agosto de 2014
FRIDAY NIGHT LIVE (38): Pink Floyd - Live At Pompeii, 1971
Pink Floyd - Live At Pompeii, 1971
1 "Intro Song"
2 "Echoes, Part 1" (from Meddle, 1971)
3 "Careful with That Axe, Eugene" (from Point Me At The Sky, B-side, 1968)
4 "A Saucerful of Secrets" (from A Saucerful of Secrets, 1968)
5 "One of These Days I'm Going to Cut You into Little Pieces" (from Meddle, 1971)
6 "Set the Controls for the Heart of the Sun" (from A Saucerful of Secrets, 1968)
7 "Mademoiselle Nobs" (from Meddle, 1971)
8 "Echoes, Part 2" (from Meddle, 1971)
David Gilmour- Voz y Guitarra
Roger Waters - Voz y Bajo
Richard Wright - Teclados
Nick Mason - Batería
martes, 11 de marzo de 2014
martes, 5 de marzo de 2013
THE DARK SIDE OF THE MOON - Pink Floyd, 1973
Pink Floyd siempre se había basado en sus propias reglas musicales. Innovación y experimentación habían sido una constante desde su formación. Aquellos factores iban a ser levemente modificados cuando en Junio de 1972 editaban el denostado "Obscured By Clouds", el auténtico precursor de "The Dark Side Of The Moon". La banda sonora de la película francesa "La Vallée" deja escuchar sin lugar a dudas las raíces de "The Dark Side Of The Moon".
A partir de aquel momento Pink Floyd comenzaba, en cierto modo, a escribir música más accesible, por su puesto sin renunciar a unos principios absolutamente sólidos.
"The Dark Side Of The Moon" se basaba de alguna manera en ideas que la banda ya había explorado en anteriores trabajos como "The Man And The Journey", grabaciones en vivo de 1969. Parte del nuevo álbum procedía de material no utilizado o de música creada para películas como "The Body" o "Zabriskie Point".
El 17 de Febrero de 1972 Pink Floyd tocaba el que iba a ser su octavo álbum de estudio ante la prensa, más de un año antes de su lanzamiento. Esta y sus posteriores interpretaciones ante diversos auditorios favorecerían que la banda puliese definitivamente la que iba a ser una obra maestra de la historia del rock.
"The Dark Side Of The Moon" se grabaría en los Abbey Road Studios de Londres entre Junio de 1972 y Enero de 1973, mientras la banda se encontraba girando con la excusa del "Meddle" de 1971. El álbum sería producido de manera magistral por la propia banda, mientras que Alan Parsons ejercería un papel fundamental como ingeniero y Chris Thomas haría las mezclas.
Alan Parsons fue directamente responsable de muchos de los aspectos sonoros del álbum, entre ellos la fundamental incorporación de Clare Torry, cantante de sesión asidua a los Abbey Road Studios. Una producción que se adelantó a su tiempo, bastantes años además, y que contó con asombrosos efectos de sonido, teniendo en cuenta los equipos de los que dispuso la banda para la grabación del disco.
Pink Floyd se encontraba como banda en una de sus más elevadas cimas de creatividad, escribiendo y componiendo música juntos, más que en cualquiera de sus álbumes.
La genial participación de cada uno de los miembros de la banda es decisiva. El guitarrista y vocalista David Gilmour, conocido símplemente como el relevo de Barrett antes del lanzamiento de "The Dark Side Of The Moon", el atormentado Roger Waters, ahora el amo del proyecto, dios compositivo y bajista genial, el inmeno teclista Rick Wright, amén de excelente compositor, a menudo a la sombra de Waters, y el brutal percusionista y amo de los efectos, el baterista Nick Mason, aúnan sus talentos para la realización de esta magna obra, una de las llamadas cumbres de la historia del rock.
Cada tema de "The Dark Side Of The Moon" es brillante individualmente, pero la escucha íntegra del disco multiplica esa brillantez. Sus increíbles transiciones, sus inspiradas letras y una música que eleva a niveles de genio a sus interpretes en un álbum conceptual de perfecta estructuración al mismo tiempo que espontánea instrumentación, obra maestra, monumento de la historia del rock.
La combinación de los más diversos elementos musicales en sus 43 minutos de duración es algo realmente asombroso.
Tiempo, estrés, dinero, luchas, muerte y locura en uno de los mejores, por no decir el mejor, álbum conceptual de la historia del rock. La belleza y majestuosidad de la música cuando se transmiten sus poderosas y poéticas letras con crudeza propician que los efectos de sonido y los ritmos escondidos de "The Dark Side Of The Moon" se apoderen del que escucha.
Comienza "The Dark Side Of The Moon" con los latidos de corazón que Nick Mason fabrica para "Speak To Me", la instrumental que se funde con "Breathe", de inmenso muro de sonido, advertencia sobre lo que va a deparar la vida tras el nacimiento.
La frenética paranoia de "On The Run", originalmente una jam de guitarra tornada en sintetizadores, transporta a la gloriosa "Time". Los sonidos del reloj y la brutal percusión de Mason dan el pistoletazo de salida a la inmensa imaginería de Roger Waters y a un colosal solo de David Gilmour en esa clara advertencia de que la vida no es para siempre.
Deliciosa e innovadora es "The Great Gig In The Sky", instrumental y sinfónica, únicamente perturbada por la increíble voz de Clare Torry, lamento de la angustia universal. El excelente piano de Wright embellece un tema sobre la muerte, sobre morir.
La caja registradora de "Money" lleva a uno de los riffs más influyentes de la historia del rock. La inmensa línea de bajo de Roger Waters y el solo de saxo de Dick Parry trasladan a una línea argumental basada en los placeres y desgracias que el dinero trae. A continuación, hipnótica y provocadora, "Us And Them" advierte sobre los peligros de la guerra. Aún relevante hoy en día, su exquisita textura la convierte en un corte magistral. Wright y Parry conducen el tema mientras el coro femenino le otorga una majestuosa cobertura a medida que la melodía se torna dramática. Los impresionantes teclados y efectos de sonido de Wright protagonizan "Any Colour You Like", una preciosidad instrumental sobre el racismo.
"Brain Damage", con su brillante riff de guitarra, supone la culminación de los anteriores temas, el fin del concepto, la locura dentro de todos, con Syd Barrett siempre en mente. El álbum se cierra de manera perfecta con el latido de "Eclipse", la suma de todo aquello que conduce a la locura.
Es posible que "The Dark Side Of The Moon" sea la culminación de todos los esfuerzos realizados por Pink Floyd entre 1968 y 1972, si exceptuamos el "The Piper At The Gates Of Dawn" de Syd Barrett, síntesis absoluta de lo que Pink Floyd es capaz de crear, el punto de inflexión entre lo que era una banda de culto y lo que sería una de las más importantes formaciones de la historia del rock.
"The Dark Side Of The Moon", obligatorio, imprescindible, único y magistral.
"THERE IS NO DARK SIDE OF THE MOON, REALLY. MATTER OF FACT, IT'S ALL DARK."
lunes, 14 de enero de 2013
WISH YOU WERE HERE - Pink Floyd, 1975
La ausencia forzada de Syd Barrett desde 1968 había propiciado que Roger Waters se hiciese cargo de la dirección de la banda. Waters se mostró continuista, aunque añadió a la música de Pink Floyd algo más de energía y un si cabe mayor cinismo en las letras, un proceso que tuvo su culminación en el inmenso "The Dark Side Of The Moon" de 1973. Tras un álbum apabullante en todos los sentidos, se antojaba complicado para Pink Floyd elaborar algo apenas cercano en calidad y significado a tamaña obra maestra.
Waters movió entonces las piezas casi a la inversa de lo que cualquiera hubiese apostado, en una inteligente vuelta a los orígenes para el noveno álbum de estudio de la banda.
"Wish You Were Here" es sin duda uno de los álbumes mas personales y honestos de Pink Floyd. Mientras "The Dark Side Of The Moon" explora la enfermedad mental y "Animals" y "The Wall" transitan entre la neurosis que la fama provoca a Waters, "Wish You Were Here" es su obra mas sentimental. Tras el viaje espacial que supuso "The Dark Side Of The Moon" el grupo vuelve a poner los pies en tierra firme en un trabajo lleno de alma.
La maravillosa portada de Strom Thorenson capta realmente el espíritu de "Wish You Were Here", algo así como un álbum conceptual sobre lo que supuso la ausencia de Syd Barrett en el seno de Pink Floyd, algo que si bien podía haber tenido connotaciones negativas o resultar pretencioso, finalmente aquí sucede justo todo lo contrario.
Pink Floyd alcanza en "Wish You Were Here" una de las muchas de sus cimas artísticas mostrando de manera tangible las habilidades de Roger Waters y David Gilmour. De las letras del primero y de los arreglos de guitarra del segundo brotan algunos de los temas mas emocionantes que jamas crearon, los tres de amor a Barrett y los dos contra la industria musical.
Uno de los trabajos más finos de Pink Floyd en el que ademas de la maestría de Waters y Gilmour encontramos a un Nick Mason que toca suave, lento y con un ritmo consistente que dota al sonido de "Wish You Were Here" de una envoltura suave y agradable. Rick Wright envuelve y cimenta lo creado por Waters y Gilmour mediante colosales teclados
"Shine On You Crazy Diamond" inicia y cierra el álbum de manera inmejorable. La perseverancia ante las dificultades en la vida sirve de hilo conductor en esta muestra de eterna gratitud hacia Syd Barrett. El saxo de Dick Parry, las celestiales y suntuosas guitarras de Gilmour, el teclado de Wright, el hondo sentimiento de Waters o la fabulosa batería de Mason solo adornan la majestuosidad de unos arreglos imprescindibles en la historia de la banda, por supuesto en la del rock. "Welcome To The Machine", tema demonizador sobre la industria musical, inicia la paranoia que Waters culminaría en "Animals" y en "The Wall", mientras que "Have A Cigar" transmite el cínico punto de vista del ejecutivo musical. La brutal linea de bajo y el lucimiento de Gilmour transitan en un tema interpretado por Roy Harper, tal vez preludio de la tensión entre Waters y Gilmour. "Wish You Were Here" es probablemente la mejor balada de Pink Floyd. Escrita como un poema por Waters, esta carta dirigida a Syd Barrett cobra absoluta belleza al envolverla en los aterciopelados arreglos que compuso Gilmour. Su maravillosa guitarra acústica acentúa las palabras que Waters transmite. Monumental, como todo el álbum.
"Wish You Were Here" nunca tuvo la repercusión comercial ni la atención mediática de "The Dark Side Of The Moon", "Animals" o "The Wall", pero es un trabajo crucial en la historia de Pink Floyd, transición desde su temprana psicodelia hasta algo tan difícil de definir como inmortal y de escucha obligada. Por supuesto uno de los álbumes más bellos que jamás compusieron. Todo sea por Syd Barrett.
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