"Billy Idol", el álbum debut de Billy Idol en solitario, publicado en 1982, había dejado muestras contundentes de la propuesta sonora de su autor merced a temazos como "White Wedding" o "Hot In The City". Tras su paso setentero por los Generation X, aquella banda punk de éxito moderado, Idol se disponía a abrazar la gloria a su manera. Su extravagancia, su fotogenia y su chulería macarra estaban destinadas a convertirle en icono de los exagerados años 80. "Billy Idol" se convertía en éxito inmediato y en clásico de su década, pero lo mejor estaba por llegar, y es que Idol iba a publicar en 1983 un artefacto llamado "Rebel Yell".