lunes, 22 de abril de 2013

FIREBALL - Deep Purple,1971


Emparedado entre el brutal "In Rock" de 1970 y el memorable "Machine Head" de 1972, el quinto álbum de estudio de Deep Purple, segundo del Mark II, "Fireball", quedó injustamente desterrado por la enorme repercusión de ambos.
Puede que "Fireball", publicado en 1971, sea un trabajo algo menos accesible que "In Rock" o "Machine Head", pero muestra a una banda en absoluto estado de inspiración, una banda que trata de pulir su sonido sin miedo a la experimentación y a la innovación e improvisación.
Es posible que Deep Purple, en su formato Mark II, tratase de hacer algo más progresivo el endurecido sonido del "In Rock", y el resultado, sin duda alguna, es brillante. No tan duro como el propio "In Rock", ni tan altivo como "Machine Head", pero seguramente dotado de una mayor refinación que aquellos dos históricos trabajos.
La banda al completo acredita la producción de "Fireball", obteniendo una impactante variedad sonora que traslada sin esfuerzo de unas bases a otras permitiendo al mismo tiempo obtener consciencia de la grandeza del grupo.
De nuevo el line up del Mark II muestra todo su potencial. La poderosa sección rítmica que componen Roger Glover y sus poderosas líneas de bajo e Ian Paice y su temperamental batería, uno de los aspectos que mejor definen el álbum, conducen esta potente máquina de demolición a través de unas bases increíblemente blues y funky. Glover y Paice son el soporte perfecto para la acrobática guitarra de Ritchie Blackmore, más intensa y presente que nunca, marcando la dirección y el camino que debe seguir el álbum, del mismo modo que los teclados estratosféricos de Jon Lord añaden textura y profundidad a cada corte de "Fireball". Además, cada solo suyo en el álbum es más alucinante y original que el anterior. 
La habilidad de Ian Gillan como vocalista ha madurado desde "In Rock", y su sorprendente rango vocal se encuentra en la cima en muchos de los mejores momentos del álbum. Su interpretación vocal casi se puede considerar perfecta en "Fireball".
Las letras son otro de los elementos destacables en "Fireball". Probablemente escritas por Gillan y Glover, son a menudo irreverentes y jocosas, pero también más confidenciales e interesantes que en otros esfuerzos del Mark II. Por supuesto la manera de interpretarlas de Ian Gillan les da ese punto extra.
El álbum abre con el monstruoso y sobrecogedor "Fireball", de un estilo parecido al del "Speed King" del "In Rock". Inmensa en guitarras y teclados, enérgica y con algunos de los mejores dobles solos de la carrera de Blackmore. La cínica y afilada "No No No" ofrece algunas de las mejores letras del álbum. Algo desconocida pero genial a través de un riff memorable y un Gillan en estado de excepción. Atención a la slide guitar y a los solos. 
"Strange Kind Of Woman" y "Demon's Eye" alternan las ediciones norteamericana y británica respectivamente, pero ambas podían perfectamente haber compartido disco. Las divertidas letras y el alucinante solo de Blackmore en "Strange Kind Of Woman" hubieran combinado acertadamente con la agresividad refinada de "Demon's Eye". Juntos están en la excelente edición del 25 aniversario de "Fireball".
Algo más acústico es "Anyone's Daughter", un cachondo tema que rompe la cohesión del álbum en base a su formato de parodia country. Inmenso el piano de Lord y perfecto Gillan, a la altura de un tema que probablemente se hubiese llamado "Farmer's Daughter" si la época no lo hubiese considerado demasiado profano.
"The Mule" podría gozar del privilegio de ser la pieza central del álbum, obra maestra en cuanto a la interpretación de batería y teclado se refiere. Después la épica "Fools" y sus ocho minutos de riffs apabullantes. Una pieza única cargada de poder de la que probablemente Blackmore obtuvo algunas ideas para la inmensa versión del "Space Truckin'" que Deep Purple se marcarían en el "Made In Japan".
"No One Came" pone punto final a "Fireball" con una soberbia interacción entre teclados y guitarras, una constante a lo largo de todo el álbum, ahora con un acertado sabor a funky rock.
De nuevo Deep Purple, esta vez mediante "Fireball", transportan a aquellos tiempos en los que el talento, la innovación y la experimentación eran las prioridades de cualquier gran banda, en detrimento de la imagen y el envoltorio, máximas de la mayoría de los grupos de hoy en día.
Un disco que no recibió la difusión que merecía, seguramente escondido por su antecesor y su predecesor, pero obra maestra también, a caballo entre ambas.


8 comentarios:

  1. Sí que es un disco algo menos recordado, Blue, pero cualquiera que lo escuche se da cuenta de su excelencia. Quien no lo haya hecho que se empape de tu texto para que le entren ganas.

    Un abrazo.

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    1. Gracias Gonzalo. Un disco soberbio que cometió el delito de estar en el medio de dos de los más impresionantes discos de la historia del rock.
      Abrazos.

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  2. Sí, todo es verdad. Pero sobre todo, lo más cierto de lo que comentas, y que nadie puede discutir, es que este disco está justo entre "In rock" y "Machine head". Nadie puede dudar de que es un gran disco, pero los otros dos...

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    1. Evidentemente Juanchi la grandeza de "In Rock" y "Machine Head" dejó un poco escondido el "Fireball", pero es un álbum redondo de principio a fin, siempre bajo mi humilde punto de vista, claro.
      Abrazos.

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  3. Fireball es excepcional. Fantástico de principio a fin. Y te lo dice un incondicional de Burn.

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    1. A mi me encantan los dos del Mark III, pero es que lo que hicieron estos tíos en los 70, con cualquiera de sus formaciones, está al alcance de muy pocos.
      Abrazos.

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  4. a mí me importa un huevo que antes saliera el In Rock y después el Machine Head. Fireball es y siempre fué mi favorito, con mucho, de estos tíos. No one came, Fireball, y Anyone's daughter son increíbles, ésta última es preciosa. La mejor portada. Si los jevis no lo aprecian, es su problema. Sin duda su mejor disco.

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  5. Curiosamente, mi top 5 de Deep Purple lo conforman el brillante Burn, el más relajado (aunque no de menor calidad) Stormbringer, el nostálgico Perfect Strangers, el excepcional Machine Head y Fireball, siendo éste último el que se me hace más hipnótico y enigmático. In Rock queda fuera de mi top cinco porque aún no le he encontrado esa magia que según los críticos, lo posiciona un escalón más arriba de Fireball. Saludos y muy buen post!

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