Nada más terminar de grabar el monumental "Welcome To Sky Valley", en el año 1993, el baterista Brant Bjork abandonaba Kyuss. Él y Josh Homme habían creado y propulsado el sonido único de su banda, un sonido innovador que no encontró nada a lo que parecerse, o nada que se le pareciese. Ahora Homme se quedaba sólo al frente de la dirección musical de Kyuss, y eso le iba a permitir liderar "...And The Circus Leaves Town", el álbum que Elektra iba a publicar en Julio de 1995, finalmente el último álbum de estudio de Kyuss, la banda sobre cuyas espaldas aún cae todo el peso del sonido stoner, ayudado una vez más pro la impecable producción de ese gurú llamado Chris Goss.
"...And The Circus Leaves Town" contiene todo lo que los miembros de Kyuss, en especial Josh Homme, cimentaron en "Blues For The Red Sun" y "Welcome To Sky Valley", y lo hace además con el añadido de un pulido del que carecieron sus predecesores. No es ni mejor ni peor, es simplemente diferente, con un poso innegable de madurez y experiencia. Efectivamente la despedida de Kyuss muestra aún la creatividad y el talento instrumental de sus dos obras maestras, pero un cierto aire de tranquilidad domina el disco, en contraposición a la brutal explosión sonora llena de rabia de los anteriores.
Por supuesto los elementos que definieron el stoner rock de la mano de Kyuss siguen presentes en "...And The Circus Leaves Town". Los riffs abrasadores de Josh Homme, el clásico gemido de John García, el bombardeo sonoro del bajo de Scott Reeder o la dinámica batería de Alfredo Hernández, sustituto de un cansado Brant Bjork, mantienen el sonido tradicional de la banda, pero una cierta calma y suavidad en momentos en los que antes no la habría habido dota tal vez al disco de una diversidad y un eclecticismo que no se habían encontrado hasta ese momento en la carrera de Kyuss, mostrando el camino que iba a tomar Josh Homme.
Kyuss podía haber utilizado con facilidad los sonidos empleados en "Blues For The Red Sun" y en "Welcome To Sky Valley", pero en lugar de ello involucra al oyente en un nivel mucho más humilde, aún sin perder su formidable grandeza. Si, la banda alteró en cierto modo su sonido y su estilo, bajando el tono de la guitarra y ralentizando los tempos, pero "...And The Circus Leaves Town" es un auténtico trallazo sonoro que no deja impune. Temas más cortos y riffs más sobrios y minimalistas que sorprenden a la primera escucha pero que innegablemente calan hondo a medida que se suceden las reproducciones.
La madurez alcanzada por Josh Homme en "And The Circus Leaves Town" es evidente. El guitarrista sigue capeando octavas para crear profundidad en su sonido, pero en este álbum se atreve con más, aún sin utilizar solos clásicos, algo que detesta y que todavía inmaduro utilizó en "Wretch". La interpretación vocal de John Garcia nunca fue lo suficientemente valorada, y en este último álbum de Kyuss realiza un fantástico trabajo, consiguiendo que su voz encaje a la perfección en el concepto de cada tema, acoplándose a los instrumentos del mejor modo posible. Es evidente que Garcia no es un vocalista superdotado, pero Kyuss no se entiende sin su talentosa voz, y en "...And The Circus Leaves Town" vuelve a apreciarse.
El cambio en la batería de Kyuss también contribuye a las diferencias. El brutal y salvaje Bjork, amo y señor del crash y del ride, uno de los más formidables bateristas de su generación, ignorado casi siempre, dejó su plaza a Alfredo Hernández, más estable y disciplinado, aunque tal vez no tan intuitivo e imaginativo, y probablemente "...And The Circus Leaves Town" hubiese sido un artefacto diferente con Bjork a las baquetas. La labor de Scott Reeder, como siempre, es impagable, obteniendo de nuevo ese bramido insuperable de su bajo, un retumbar que caracteriza la música de Kyuss aún en un álbum algo diferente en musicalidad como fue "...And The Circus Leaves Town".
Los platillos de Hernández abren "Hurricane", primer corte de "...And The Circus Leaves Town". Luego el ritmo se acelera y ofrece el clásico bajo retumbante de Kyuss, esta vez cortesía de Scott Reeder, soportando la brutalidad distorsionada de la guitarra de Homme. Después "One Inch Man" ofrece una guitarra de estilo árabe para un tema de comienzo hipnótico, estribillo pesado y distorsión demencial. Un corte sutil y sofisticado con un Garcia lleno de aspereza en su entrega vocal. "Thee Ol' Boozeroony", una hipnótica aventura sonora sólo al alcance de Kyuss, y "Gloria Lewis", de nuevo con ese sonido de bajo marca de la casa, conducen a "Phototropic", una bella improvisación de cinco minutos en el más puro estilo Kyuss con un gran trabajo de guitarra de Homme. Una maravilla instrumental que inicia lento con la guitarra para entrar bajo y batería e iniciar la euforia de un sonido temperamental algo melancólico.
Aparece "El Rodeo", un temazo en el que la fórmula Kyuss vuelve a estar presente, es decir, un riff principal en torno al cual gira toda la composición. Guitarra de estilo árabe para un corte que inicia en modo Pink Floyd y que desemboca en un enorme muro de sonido con un emocional Garcia. Luego "Jombo Blimp Jumbo" es un corte instrumental que muestra el inmenso talento de Josh Homme con la guitarra, una especie de Jimi Hendrix desértico. Continúa el álbum con "Tangy Zizzle", un tema lleno de rock inconformista que recuerda a la banda del "Blues For The Red Sun" antes de la llegada de "Size Queen", un corte que presenta un ritmo a medio camino entre el funky y algo parecido al reggae, una vez más construido sobre un riff principal obra de Homme. Un tema que muestra claramente la expansión del sonido de Kyuss y que realmente es algo indescifrable. Luego "Catamaran", un tema de Yawning Man, la banda de Hernández, utiliza menos distorsión y más reverberación para un corte que fusiona a la perfección potencia con melodía y en el que el trabajo de Homme vuelve a ser descomunal.
"Spaceship Landing" es otra improvisación que tras once minutos cae en el más absoluto silencio hasta que pasada media hora retorna con una lenta melodía en la que la voz de Garcia se acompaña solo por la guitarra y el bajo. Un tema que se interrumpe en cuatro partes diferentes entrelazadas entre si, sin apartarse nunca de su dinámica pero mostrando que Kyuss nunca tuvo miedo de utilizar el exceso de improvisación. Cambios drásticos de dirección y estructuras complejas en un sólo tema que muestra sin concesiones la grandeza de Kyuss. Ese tema oculto se llama "Day One" y lo escribió Reeder tras el suicidio de Kurt Cobain y sirvió para cerrar la carrera de la banda.
El final de Kyuss, plasmado en "...And The Circus Leaves Town", fue un verdadera lástima por perder al grupo que mejor definió el stoner rock, pero produjo una descendencia fabulosa en forma de nuevas bandas del género, entre ellas los Queens Of The Stone Age de Josh Homme, cuyo sonido ya podía apreciarse en este álbum. Si, probablemente "Blues For The Red Sun" y "Welcome To Sky Valley" son las obras maestras de Kyuss, pero sin lugar a dudas "...And The Circus Leaves Town" debe unirse a ambos como el tercer componente de una trilogía épica, un maravilloso final para el legado de una banda imborrable.
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Creo que es un disco bueno, pero que no tiene la magia del primero. De todos modos, Kyuss ha sido una de las mejores bandas de los noventa, y junto con Karma To Burn, Fuman Chu, Crowbar y demás, mantuvieron viva la llama del Stoner. Un abrazo, Javier.
ResponderEliminarEvidentemente al lado de obras maestras como "Blues For The Red Sun" o "Welcome To Sky Valley" puede llegar a palidecer, pero es un fabuloso artefacto que enseña sobre todo el camino que iba a seguir Homme con Queens Of Stone Age. Por cierto, supongo que lo habrás escuchado ya, pero si no lo has hecho debes ponerte con el "Peace" de Vista Chino, publicado el año pasado con Garcia y Bjork al aparato. Brutal.
EliminarAbrazos y gracias sinceras por tu participación y jugosos comentarios.