Seguir la estela de un álbum tan bueno como el "Among The Living" que Anthrax había facturado en 1987 era sumamente complicado. Temas como el "I Am The Law" o el "Indians" lo colocaban aún a día de hoy como el trabajo preferido de una inmensa mayoría de seguidores de los de Nueva York. Había que ponerse manos a la obra y Anthrax no iba a tardar demasiado en hacerlo, entrando a los Quadradial Studios de Miami en Abril del 88 para publicar en Septiembre de aquel mismo año "State Of Euphoria", probablemente no tan redondo como su predecesor, pero seguramente el último álbum de puro thrash de los neoyorquinos.
"State Of Euphoria" es un álbum feroz y endiabladamente rápido de thrash metal, un clásico del género en el que las excelentes letras, los riffs asesinos y la energía demoledora del soporte rítmico maridan a la perfección con una cierta sensibilidad melódica de la que la banda había carecido en álbumes precedentes y que serviría a posteriori para un cambio de dirección en su sonido que se haría evidente en el "Persistence Of Time" de 1990. Detalles que al ser tenidos en cuenta corroboran que "State Of Euphoria" encaja de manera impecable entre el "Among The Living" y el "Persistence Of Time".
La producción de "State Of Euphoria", a cargo de Mark Dodson y de la propia banda, no tiene tanto punch como las que hicieron del "Spreading The Disease" en 1985 o del "Among The Living" míticos álbumes del thrash metal ochentero, acercándose probablemente al punto que Anthrax alcanzaría en "Persistence Of Time" un par de años más tarde. Una producción que desgraciadamente capa en cierto modo la genial guitarra rítmica de la banda, pero que enfatiza el poderoso ritmo de la batería.
El ritmo veloz y violento nunca está fuera de control en "State Of Euphoria", y la banda, compensada y compenetrada tras tres álbumes, demuestra un talento que les iba a permitir ejecutar su sonido con una solidez rítmica cercana a la perfección. Por fin Joey Belladonna conseguía incorporar de modo sobresaliente al thrash una voz tan limpia y poderosa como la suya, brindando sin duda una de la mejores interpretaciones vocales de su carrera, por no decir la mejor.
La imaginería de Dan Spitz vuelve a brillar en la ejecución de riffs y solos retorcidos y veloces en los que el genial guitarrista no pierde en ningún momento el sentido del ritmo y de la melodía, acompañado en esas visicitudes por el incuestionable soporte de la guitarra rítmica de un Scott Ian penado por la producción. Destaca por supuesto la aplastante solidez del combo de ritmo en el que el bajo de Frank Bello y la batería de un inspiradísimo Charlie Benante no dejan espacio para el relax.
Letras tragicómicas para una banda, Anthrax, que en "State Of Euphoria" no renuncia a su característica conciencia social, y lo hace sin perder por ello su negro y cachondo sentido del humor. Un álbum sólido y consistente en el que seguramente no hay temas que destaquen por encima de otros en forma de gran éxito, pero profundamente cohesionado en ese loable intento de funcionar como un todo que Anthrax es capaz de conseguir en "State Of Euphoria".
"Be All, End All" abre "State Of Euphoria" con esa intro de violín que desemboca en un riff trepanador al que secunda la poderosa batería de Benante y un sensacional estribillo para un tema sobre el suicidio. A continuación, y a pesar de la producción, "Out Of Sight, Out Of Mind" se convierte en un temazo que muestra sin concesiones la destreza rítmica de un impecable Scott Ian, antes de que la innovadora en el año 88 "Make Me Laugh" ponga a caldo a los predicadores.
Aparece "Antisocial", revisión del tema de Trust que Anthrax acabaría convirtiendo en himno thrash metal, luego "Who Cares Wins" y su crítica social, "Now It's Dark", sensacional, oscura y pequeña obra maestra, y "Schism", tema sobre el racismo y los prejuicios que precede a "Misery Loves Company", inspirado en la novela de Stephen King y en el que destaca como el sorprendente ritmo de la batería de Charlie Benante encaja de modo asombroso en el excelente solo de Dan Spitz.
"13", una rápida y pequeña composición instrumental conduce a "Finale", un corte divertido de letras cachondas y genial estribillo que se podría haber convertido en un temazo de mayores proporciones si la producción de Mark Dodson y la propia banda hubiese funcionado a unos niveles más atinados. "Finale" sirve precisamente para cerrar "State Of Euphoria".
Así que "Among The Living" ayudó a definir el thrash de mediados de los 80 con su estilo rápido y rítmico, pero "State Of Euphoria", un álbum injustamente infravalorado de la carrera de Anthrax, mostraba un cierto refinamiento de la banda, no tan veloz como su predecesor, pero con letras y música en cierto modo superiores. Anthrax, la banda no tan diabólica como Slayer, no tan rápida como Sepultura, no tan poco amistosa como Sodom, volvió a adquirir nivel de excelencia en el thrash con "State Of Euphoria".
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