Inauguro la sección de Biografías de KIDS WANNA ROCK con la del autor de la canción que da título al blog: Bryan Adams. Antes de empezar quiero decir que voy a mezclar datos y opiniones. Los primeros son objetivos. Los segundos, totalmente subjetivos y por lo tanto debatibles; son personales e intransferibles. Habrá gente que esté de acuerdo y gente que no, pero para eso está este espacio, para intercambiar opiniones. Por otro lado, intentaré aportar algún dato poco conocido para que este escrito no sea una simple recopilación de hechos ya conocidos por tod@s.
El canadiense nació el 5 de noviembre de 1959 en Kingston, Ontario, si bien desde muy temprana edad estuvo mudándose de país en país debido a la profesión de su padre, diplomático, pasando su infancia y preadolescencia en lugares tan diferentes como Austria, Israel, Inglaterra y Portugal entre otros, antes de instalarse definitivamente en Vancouver a la edad de 14 años con su madre (sus padres se divorciaron ese mismo año). El propio Adams reconoció que este estilo de vida le vino bien para lo que después vendría: recorrer el mundo con su banda y convertirse (y cito) en un “nómada del rock´n´roll”.
De su estancia en Inglaterra siendo un niño hay que destacar dos hechos: su primera guitarra “una española con cuerdas de nylon” se la compraron mientras vivía en Reading (sí, donde el festival) a los 10 años y por otro lado, de vez en cuando cogía el ferry en Portsmouth y fue ahí donde descubrió el rock´n´roll: en la jukebox del barco, donde sonaba la bendita música que cambió su vida (y las nuestras). Hablando de la guitarra, su aspiración inicial era ser batería (“tenía mucha energía, sólo pensaba en aporrear y destrozar cosas”) pero sus padres no permitían ese ruido en casa y un piano era demasiado caro, así que se tiró a por el instrumento de las seis cuerdas.
A los 15 años empezó a meterse en bandas, incluso llegó a pasar una prueba para entrar en la banda de Dave Taylor, que luego sería su bajista… y que no le admitió en su grupo de entonces. Eso no fue problema para el rubio, quién ese mismo año formó su primera banda, Shock. Hacían sobre todo versiones y eran, en palabras de nuestro héroe, “horribles”. En principio sólo iba a tocar la guitarra, pero como no encontraron ningún cantante, se puso delante del micrófono.
El Adams adolescente era un gran aficionado al hard rock, contando entre sus bandas favoritas a Deep Purple, Led Zeppelin y The Who; afición que mantiene hasta nuestros días, ya que sigue intentando “tocar como Ritchie Blackmore, pero me es imposible. No hay forma de que mis dedos vayan así de rápido. Elegí tocar la Fender Stratocaster por él. Me encantaba su estilo, llamativo rock de entrepierna basado en el blues.”. Otros de sus grupos favoritos fueron los Stones, la Creedence, los Kinks, Humble Pie, así como cantantes y compositores como Paul Simon, Joni Mitchell, Neil Young, etc.
Dicho esto, su grupo favorito desde siempre han sido los Beatles y John Lennon en particular. A mediados de los 70, “The Groover from Vancouver” decidió dejarse el pelo largo. ¿El motivo? “John Lennon dijo: dejaros crecer el pelo, así que eso hice. Los Beatles fueron la mayor influencia en mi música y sin duda la razón por la que hago música hoy día. Los Who son otro de mis grupos favoritos. Mi álbum favorito de todos los tiempos es “Who´s next”; canciones como “Baba O´ Riley”, “Behind Blue Eyes”, etc. son asombrosas”.
A los 16, Bryan decide dejar los estudios para dedicarse en cuerpo y alma al rock´n´roll y empieza a actuar por pequeños clubes de su ciudad. Su primera gran oportunidad llega a los 17 cuando la banda glam local Sweeney Todd, que ya tenía una cierta notoriedad, sufre la pérdida de su cantante Nick Gilder, quién decide emprender su carrera en solitario. Bryan se ofrece a cubrir su puesto (“yo canto mejor que él”, les dijo el “bocas” de 17 años) y lo logra, consiguiendo de esta forma publicar sus primeras composiciones en el disco de la banda del año 77 “If Wishes Were Horses… Beggars Would Ride”.
El papel de Adams consistía básicamente en reproducir el tono vocal de Gilder; incluso llegó a regrabar “Roxy Roller”, el gran éxito del álbum anterior a su entrada para que los fans se acostumbraran:
Uno de esos primeros temas compuestos por el joven canadiense para la banda fue “Pushin´ & Shovin´”
Pero si hay un momento clave en su carrera, este tiene lugar en enero del 78 cuando una amiga suya le presenta en una tienda de discos de Vancouver a Jim Vallance, ex – batería y compositor principal de Prism, otra banda canadiense. Ambos habían oído hablar del otro respectivamente y deciden juntarse días más tarde en casa de Jim para intentar componer algo juntos… and the rest is history.
A finales de año, tras ser rechazado por medio millón de compañías discográficas consigue un contrato con A&M por la inmensa suma de… un dólar. Como curiosidad decir que Bryan enmarcó ese dólar y todavía lo tiene. En un primer momento, el vancouveriano no fue contratado como artista sino como compositor: el trato fue que les daría cuatro canciones y a cambio le permitirían grabar un single. ¿El resultado? “Let me take you dancing” (1978) , primer single en solitario de Adams. ¿El problema? A&M encargó a un DJ (sin permiso de BA) un remix discotequero del tema que aceleró el tempo de la canción y de la propia voz del cantante, que hizo que sonara “como una ardilla”.
Pese a todo, el single tuvo el éxito suficiente para que la casa de discos le ofreciera un contrato como artista. El año 79 lo pasó actuando, componiendo para otros artistas y acumulando material para el que sería su álbum de début, el homónimo “Bryan Adams”, publicado en febrero de 1980.
Este primer trabajo tiene cierto encanto pese a ser evidente que el tándem Adams / Vallance todavía tenía que evolucionar tanto a nivel compositivo como de producción de discos. En cuanto a las canciones, hay intentos de mantener el reciente éxito discotequero como “Don´t Ya Say It” y la influencia de bandas de éxito en ese momento como Toto se deja notar en canciones como el primer single “Hidin´ from love” o “State of mind”.
Un año antes Bryan había contribuido “Wastin´ time” al disco que publicó Bachman Turner Overdrive en dicha ocasión y Fred Turner le devolvió el favor haciendo coros en “Don´t Ya Say It”. Por cierto, ante la falta de material (“Bryan Adams” tan sólo cuenta con 9 temas), el canadiense recuperó la propia “Wastin´ Time” para su opus primerizo. Y eso que grabó otras canciones como “Stay” o “Hold Me Once” pero finalmente decidió no incluirlas en el álbum (Nota personal: De esa época, mi canción favorita es “You Walked Away Again” la cual dio a Prism; no entiendo que no la incluyera en su primer disco. De hecho se lo pregunté via twitter hace un año y me contestó: “Parecía una decisión correcta en su momento; igual no lo fue”).
Probablemente, el tema más redondo del disco, y el más rockero, fue el tercer single: “Remember”, canción que de hecho sirvió para abrir sus conciertos en las giras de “Cuts Like A Knife” y “Reckless”.
El disco fue grabado en el mes de noviembre de 1979 en Toronto. He aquí algunas fotos de dichas sesiones.
Esta primera obra pasó completamente desapercibida en EEUU y fue un éxito menor en Canadá, lo que le permitió girar durante cuatro meses por clubes y universidades de su país de nacimiento. “A veces hacía 3 shows diarios: un concierto a mediodía para una emisora de radio, teloneando a alguien a la tarde, y acabando tocando toda la noche en algún club hasta las tantas.”
Continuará
Una entrada de @inigoramirezesc
Capítulos publicados:
No olvidéis pasar por LA BANDA QUE NUNCA EXISTIÓ para dejar vuestra lista de esa posible mejor banda de la historia del rock, en formato comentario o mediante MD a @BlueMonday1971.
Ese Íñigo currándose una biografía (des)autorizable de Bryan Adams no tiene precio ni parangón. Ánimo colega, espero la segunda parte.
ResponderEliminarNos hemos quedado a finales del año 80, o sea que imagínate si quedan cosas que contar... ;)
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