lunes, 13 de octubre de 2014

DIFFERENT SHADES OF BLUE - Joe Bonamassa, 2014. Crítica del álbum. Reseña. Review.


"Different Shades Of Blue" es el primer álbum con material completamente nuevo que Joe Bonamassa lanza en dos años, algo que para un músico tan prolífico como el de New Hartfod es demasiado. Grabado en el Studio At The Palms en Las Vegas, "Different Shades Of Blue" fue producido por Kevin Shirley, uno de los más prolíficos en esa faceta y en la de ingeniero y mezclador, director de la mayoría de proyectos de Joe Bonamassa incluyendo sus colaboraciones con Black Country Communion y Beth Hart. Es el primer álbum en el que Bonamassa se implica directamente en la composición de todos los temas, ayudado eso si por James House y Jerry Flowers y por Jonathan Cain, el teclista de Journey. Con ellos paso gran parte del año 2013 en Nashville, y "Different Shades Of Blue" es el resultado de aquellas sesiones.


"Driving Toward The Daylight", el último álbum de estudio de Bonamassa, publicado en 2012, fue un disco sólido y coherente, pero dejó la ligera impresión de que el guitarrista había dejado puesto el piloto automático para su elaboración, algo relativamente sencillo para un tipo con semejante talento. Bonamassa pareció darse cuenta de aquello y ha puesto sobre la mesa todo lo necesario para minimizar errores del pasado y no perder un crédito que ha ido acumulando a lo largo de los años, un crédito que posiblemente se viese minado por la multitud de apariciones, discos y colaboraciones en las que siempre está involucrado. Si dosifica y se centra el resultado es algo como este "Different Shades Of Blue".


Un nuevo artefacto del guitarrista que las arregla para ofrecer la variedad suficiente como para no cansar y que suena a auténtico blues rock de nuestros tiempos, más cercano al rock sin olvidar esas raíces que hacen que finalmente sea complicado ubicar cualquier registro de este tipo, y es que las once pistas del álbum cubren una variedad de estilos que impiden ese etiquetado. Conducción de guitarra, humeantes baladas, vientos arrebatadores y teclados de tugurio permiten que el disco no caiga en la rutina y lo dotan del dinamismo necesario como  para convertirlo en algo más que agradable blues rock, en esa interesante mezcla de soul, blues y hard rock que Bonamassa ha ido construyendo a lo largo de los años y que prácticamente ha convertido en marca propia.

La banda de Bonamassa proporciona el apoyo adecuado a su líder sin llegar a ensombrecer su trabajo de guitarra, una línea en la que los teclados de Reese Wynans salen victoriosos. Carmine Rojas y Michael Rhodes con el bajo, Anton Fig y Lenny Castro con batería y percusiones, Lee Thornburg con trompeta y trombón, Ron Dziubla con el saxofón, y Doug Henthorn y Melanie Williams en los coros conforman una banda de primer nivel que cumplimenta de modo excelente el característico estilo de voz y guitarra de Joe Bonamassa, un Bonamassa que deja parte de su corazón en las nuevas letras y que consolidad su posición destacada como maestro de las seis cuerdas al tiempo que confirma que es un vocalista de nivel.


"Hey Baby (New Rising Sun)" abre el álbum como una breve instrumental que sirve de introducción para lo que va a ser el tono del disco. Triste pero resistente y finalmente triunfante. Después "Oh Beautiful!" inicia con la voz en reverberada de Bonamassa en solitario antes del estallido de un poderoso riff, cimentando a lo largo del tema una adictiva alternancia entre las secciones más tranquilas y lo episodios más poderosos con un solo descomunal para cerrar un tema de delicioso aroma a Jimi Hendrix, precediendo la llegada de "Love Ain't A Love Song", un tema lleno de ritmo mejorado notablemente por la incorporación de una fantástica sección de vientos que cumplimenta de modo asombroso el riff de Bonamassa.
"Living On The Moon" ofrece un sonido crudo de guitarra y un bajo vibrante para un tema enérgico y poderoso, "Heartache Follows Wherever I Go" añade ritmos nuevos a la combinación que hacen la guitarra y la sección de viento y proporciona uno de los mejores solos del álbum y "Never Give All Your Heart" se convierte en un corte más lento y temperamental en el que las dosis exactas de piano marcan la diferencia, llenándolo de profundidad al tiempo que Bonamassa deja muestras evidentes de su talento como vocalista y como guitarrista. Uno de los mejores temas del disco.

"I Gave Up Everything For You, 'Cept The Blues" sería probablemente el corte más cercano al blues clásico en el álbum, con el piano desplazándose por encima de una dura progresión de acordes y excelentes melodías vocales. "Different Shades Of Blue" acaricia el formato de la balada lenta, "Get Back My Tomorrow" deja un ritmo sólido que recuerda al tema de "Los Soprano" con un fabuloso trabajo de piano, "Trouble Town" regresa al sonido potente y grandilocuente que se perdió con las dos pistas precedentes y "So, What Would I Do" abre con una melodía de piano antes de convertirse en una interesante balada de blues en la que destacan solos de guitarra bastante relajados y que sirven para poner un excelente punto final a "Different Shades Of Blue".

Joe Bonamassa ha vuelto a realizar algo que domina como nadie, partiendo de la base blues rock de su sonido el guitarrista escribe temas que cubren una amplia gama de estilos, algo que funciona muy bien y que permite que todos ellos se mantengan unidos por su particular manera de entender su instrumento, lo que hace que ninguno de los once cortes de "Different Shades Of Blue" suene como el otro. Un disco estupendo que debería marcar el nivel y el ritmo de lo que Bonamassa debe hacer, aunque yo no soy nadie para opinar, pero tanto lechuceo comenzaba a cansar. Céntrate en lo tuyo Bonamassa, porque si lo haces así como en "Different Shades Of Blue" el resultado es fantástico.

2 comentarios:

  1. Lo tengo que escuchar: siempre fui más de Bonamassa. Lamento que el proyecto Black Country Communion no diese para mucho, pero es que este tipo ha hecho Dust Bowl, entre otras cosas. En fin, a ver qué me encuentro del heredero de B.B King. Un abrazo :)

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  2. No es un disco memorable Alex, pero si muy entretenido y con un sonido y una guitarra espectacular, en la línea que Bonamassa debe seguir y de la que nunca debe salirse.
    Abrazos desde la cueva.

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